El proyecto europeo Lifeceram, que contó con la financiación de la Comisión Europea a través del programa LIFE, tenía como principal objetivo alcanzar una situación de residuo cero en la fabricación de baldosas cerámicas. Para ello, se planteó: • El desarrollo de un nuevo tipo de baldosa de gres porcelánico para su uso en exteriores (pavimentación urbana) que incorporara en el soporte y esmalte un muy elevado contenido de residuos. • El diseño de un proceso de preparación de la composición del soporte que sea altamente sostenible, basado en las tecnologías de molienda en seco y granulación. Este pavimento es más sostenible que los empleados mayoritariamente (adoquines, baldosas de terrazo, de hormigón,….) y además presenta mejores propiedades mecánicas y una muy baja porosidad que contribuye a que presente una mayor vida útil y por tanto, a mejorar el estado de conservación de las aceras y a reducir las tareas de limpieza y mantenimiento.
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