En el sector cerámico, la etapa de cocción es la principal fuente de emisiones de CO2 a la atmósfera. Para reducir estas emisiones una de las vías es el cambio del gas natural por energía eléctrica o combustibles gaseosos alternativos tales como el biogás o el hidrógeno, concretamente el denominado ‘hidrógeno verde’, que constituye un valioso vector energético (es capaz de almacenar energía para liberarla gradualmente bajo demanda), especialmente en aquellos sectores en los que la electrificación de determinados procesos no sea la opción más eficiente. Una alternativa para reducir las emisiones que cambiaría por completo, tanto los materiales de partida como el proceso de fabricación, es la activación alcalina, en la que se eliminaría completamente la etapa de cocción y se sustituiría por una etapa de curado a temperatura inferior a 100 ºC. Al eliminar la etapa de cocción, se promete un considerable ahorro de energía. Además, no sólo se reducen las emisiones de dióxido de carbono, sino también las emisiones de compuestos de azufre, flúor y cloro que se emiten en el proceso de cocción de los materiales cerámicos tradicionales. Por último, cabe destacar el posible uso de residuos para sustituir las materias primas silicoaluminosas vírgenes, con lo que además se disminuye el uso de recursos naturales y se aprovechan los residuos que suelen ir a vertedero.
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